El Ajuntament de Dénia y la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana (FAGA) organizan actividades conmemorativas el 15 y 16 de noviembre coincidiendo con el 275 aniversario de su liberación
El Castillo de Dénia está indisolublemente ligado a la historia y memoria del pueblo gitano español, ya que durante unos meses se convirtió en cárcel de aquellas mujeres, niñas y niños menores de 7 años apresados en la Gran Redada contra los gitanos de 1749, decretada por el rey Fernando VI.
La Gran Redada contra los gitanos fue orquestada por el marqués de la Ensenada, todopoderoso ministro del rey, como la “solución final”, un “exterminio biológico” que, a través de la reclusión de hombres y mujeres por separado, pretendía impedir que procrearan hasta su extinción, “evitando así la regeneración étnica y cultural del pueblo gitano”, sostiene el doctor en Historia y experto en historia del pueblo gitano, Manuel Martínez Martínez.
El 30 de julio de 1749, día de la Gran Redada, fueron apresados en toda España más de 10.000 gitanas y gitanos. Los capturados en el Reino de Valencia y territorios aledaños, fueron encerrados en Alicante y en Dénia. Los hombres y niños mayores de 7 años, en el Castillo de Santa Bárbara, y las mujeres, niñas y niños menores de 7 años -se calcula que un millar- en el Castillo de Dénia.
Aquí estuvieron hasta que el marqués de la Ensenada publicó, a finales de octubre de ese mismo año, una instrucción por la que gran parte de las mujeres fueron liberadas y el resto, trasladadas a Gandia, Oliva y València.
Así, desde la primera Pragmática de los Reyes Católicos, de 4 de marzo de 1499, hasta la última de Carlos III, de 19 de septiembre de 1783, se dictaron más de 250 provisiones contra la población gitana hasta la derogación del Código Penal de 1848 y la Constitución republicana de 1931, que establecía que todas las personas son iguales por ley.
Se conmemoran ahora 275 años de aquella puesta en libertad, y la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana (FAGA), con la colaboración del Ajuntament de Dénia, ha organizado una celebración “no para promover el odio, más bien para hacer memoria de nuestra fuerza y resiliencia desde que llegamos a la península en 1425”, afirma Abraham Santiago Jiménez, responsable de la delegación de FAGA en Alicante.
El viernes 15 de noviembre, el doctor en Historia por la Universidad de Almería y uno de los mayores conocedores de la historia del pueblo gitano, Manuel Martínez impartirá la conferencia “Nunca más. Homenaje a las mujeres víctimas de la Gran Redada y del proyecto de exterminio de 1749”. Será a las 19.30 horas, en la Biblioteca de Dénia (c. Sant Josep, 6).
El sábado 16, a las 12 del mediodía, en el Castell de Dénia, se ha organizado una celebración, abierta al público, en recuerdo de la liberación de las niñas, niños y mujeres allí encarceladas durante la Gran Redada.
El Área de Arqueología y Museos del Ajuntament de Dénia ha incluido en la propuesta de comunicación con la que ya cuenta el Castillo, dos plafones conmemorativos que se colocarán ese día junto a los muros de lo que fue aquella cárcel provisional e improvisada.
Uno pone de relieve la construcción, junto con la Batería Norte del castillo de la que formaba parte, de un cuartel de infantería, en un contexto de renovación y modernización de la antigua fortificación medieval, iniciado hacia 1597 bajo el auspicio de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y V marqués de Dénia. Que el cuartel de infantería se convirtió en retén o prisión improvisada de gitanas y niñas y niños es una cuestión inequívoca y así lo demuestra la cartografía histórica, existiendo un plano de 1811 que denomina a la antigua construcción militar Cuartel de las Jitanas o Pavellones. O el testimonio de Mosén Francisco Palau, quien se hace eco en su obra El Llobarro de acontecimientos relacionados con la Guerra del Francés en Dénia, aludiendo a la ‘casita de las Gitanas’ y ofreciendo detalles que fijan su localización en el antiguo cuartel de infantería.
Un segundo plafón actuará de memorial al recoger los nombres de las prisioneras y sus hijas e hijos: un recuerdo de aquellos seres humanos que la intolerancia confinó y que Dénia, ahora, rescata para que permanezcan siempre en la memoria colectiva.
El panel incluye una cita de mosén Palau que, aunque el 15 de agosto de 1749 era un niño de apenas seis años, se convierte en testigo de primer orden y fuente de excepción al dar fe de la llegada ese día de “partidas de Gitanos que apresaron en las Ciudades Villas y lugares del reino de Vª y Murcia […] dividiendo a los hombres de las Mugeres”